La agrovoltaica fusiona la energía solar con la agricultura, instalando paneles solares en áreas de cultivo, lo que mejora la sostenibilidad agrícola y ayuda en la lucha contra el cambio climático. Esta práctica optimiza el uso del terreno al permitir la producción de alimentos y la generación de energía en el mismo espacio, protegiendo los cultivos de condiciones climáticas extremas y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero.

Además de su impacto ambiental positivo, la agrovoltaica ofrece ventajas económicas al aumentar la rentabilidad de las explotaciones agrícolas y promover la diversificación de ingresos para los agricultores. También puede generar oportunidades de empleo en áreas rurales, fortaleciendo las comunidades locales y mejorando la resiliencia económica de las zonas agrícolas.

En Tornasol Fotovoltaica somos pioneros en el desarrollo de plantas fotovoltaicas con aprovechamiento agrario del suelo donde se compatibilizan el uso del suelo para la generación de energía fotovoltaica con la producción agrícola, produciendo así la menor afectación al medio natural y posibilitando el mantenimiento de los usos agrícolas. Este doble uso innovador y eficiente de los recursos de la tierra mejora la renta del agricultor y alivia el conflicto entre la seguridad alimentaria y la seguridad energética.